Que él conceda los deseos de tu corazón y haga que todos tus planes tengan éxito. Salmo 20:4

La mayoría de las personas dicen nunca tener el tiempo suficiente, los  recursos suficientes o el apoyo suficiente, y sin embargo insisten en seguir soñando. Insisten porque les importa y necesitan hacerlo. El dinero ayuda, eso está claro. Pero si el dinero fuera lo único que necesitan las personas para lograr los sueños, entonces los millonarios  serían los únicos productivos, soñadores y originales que hay y, sencillamente, no es así.

Los ingredientes esenciales para soñar siguen siendo los mismos para todo el mundo: valor, disciplina, fe, persistencia, confianza…, y están al alcance de cualquiera. Esto no quiere decir que vivir para lograr los sueños sea siempre fácil; solo que siempre es posible.

En cualquier proyecto, lo primero que hay que hacer es orar. 

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Las personas que están bajo la dirección de Dios pueden lograr tareas «imposibles» Hay dos partes en el servicio a Dios: hablar con él y caminar con él.

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Las exigencias de la realidad están siempre tocando a tu puerta y molestándonos. No existe otro planeta, en donde nuestro entorno sea apacible y sin tensiones, ayudándonos a solo concentrarnos en nuestros sueños. Soñar  lo hacemos todos, hacerlos realidad es de valiente. 

“Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para trabajar en los suyos” (Steve Jobs)